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//Un catálogo de estrategias para descubrir, enfatizar o construir
el valor cultural de los paisajes productivos sostenibles.

//A catalogue of strategies to discover, emphasize or build up
the cultural value of sustainable productive landscapes.

Introducción.

ObjetivosQueremos descubrir el potencial de los paisajes productivos contemporáneos para construir una nueva cultura de la sostenibilidad, y proporcionar las herramientas necesarias para su implementación en proyectos concretos.

Nuestro objetivo es conseguir que el paisaje de la producción sostenible sea hermoso; que pueda identificarse como paisaje desde el primer momento. Que no se rija por el principio de obsolescencia que explica que una obra humana consigue la belleza cuando deja de ser útil.

Esa nueva cultura necesita
  • un lenguaje, que articule en paisaje los dispositivos y campos productivos
  • una red de prácticas, que asegure el uso cotidiano de ese lenguaje
  • una identidad comunicable, que posicione al observador ante el paisaje creado

Estado de la cuestión. Justificación.

En la Europa pos-industrial de los años ochenta ya se había desarrollado un debate político y cultural sobre el paisaje, incitado por agentes con intereses tan dispares como los de los movimientos ecologistas en un extremo, y los artistas y teóricos del llamado Land Art en otro. La crisis en que terminó aquella década modificó las agendas políticas dejando el debate sin resolver, pero ya había emergido la conciencia de un paisaje alterado, así como la posibilidad de intervenir activamente en su transformación como objeto cultural. En el momento actual, un conjunto de factores igualmente diversos nos urgen a adoptar una estrategia innovadora que sea capaz de dar sentido a esos paisajes alterados, que en el último ciclo económico han sufrido una de las mayores transformaciones de su historia.
El 1 de marzo de 2008 entró en vigor en España el Convenio Europeo del Paisaje que establece un marco para la protección, gestión y planificación de los paisajes europeos, aunando cultura, naturaleza y economía, en una perspectiva de desarrollo sostenible. También llamado Convenio de Florencia, ya se había firmado en el año 2000, y había sido adoptado por algunas comunidades autónomas (Comunidad Valenciana en 2004 y Cataluña en 2005), pero su publicación en el BOE nos obliga a pensar en el paisaje vivo, a estudiar las fuerzas que lo transforman, y a contrastar los valores particulares que les atribuye la población del lugar y otras partes interesadas.

Por otra parte, la triple crisis actual obliga a repensar nuestra relación con la producción. La crisis medioambiental obliga a introducir nuevos elementos en el paisaje cotidiano, desde los dispositivos para la generación de energía de fuentes renovables hasta los de producción en cercanía para reducir la huella ecológica de los transportes, pasando por la actualización e integración de los protocolos de procesado de residuos y tratamiento de aguas. La inminente crisis del petróleo incide también en la creciente presencia de las energías renovables en el paisaje y la transformación de los criterios de transporte. La crisis financiera y el estallido de la burbuja inmobiliaria se traduce en un gran número de procesos interrumpidos de transformación del territorio, lo cual es quizá más grave, si cabe, que la situación de la mayoría de los procesos que sí consiguieron salir adelante en la última década, pero guiados por agendas mercantiles de corto plazo.

Todos estos factores definen un importante cambio en las agendas ambiental, política y económica, pero es importante añadir que hemos detectado cambios equivalentes en la agenda sociocultural, relacionados íntimamente con aquellos. Tanto en la sociedad en general como en los distintos colectivos de creadores se observa un creciente compromiso con la construcción de una cultura de la sostenibilidad.

En este contexto abrimos la presente línea de investigación bajo el nombre Paisajes Productivos que propone una teoría de paisaje que deshaga la separación entre “pragmática y poética” (vid. Whiston Spirn).

En los distintos proyectos que hemos realizado dentro de este marco teórico, hemos desarrollado estrategias para descubrir, enfatizar y construir el valor cultural de los paisajes productivos sostenibles. Estos proyectos buscan construir espacios abiertos, deseables y hermosos que además produzcan un beneficio en lo energético, económico, social y ambiental; o viceversa. Nuestro objetivo es encontrar el potencial de los paisajes productivos contemporáneos para construir una nueva cultura de la sostenibilidad, y proporcionar las herramientas necesarias para su implementación en proyectos concretos.

Asumimos la exigente agenda ecológica que es urgente adoptar, orientada hacia el control de las emisiones y la huella ecológica, el consumo responsable de recursos, el reciclaje y la reutilización. Sin embargo, queremos dar un paso más y conseguir que los paisajes productivos de nuestra época sean hermosos. Buscamos que los molinos, las huertas solares, los vertederos de escombros (que ya no están fuera de los márgenes de la ciudad porque la ciudad ha dejado de tener límites) sean bellos. Por ese motivo, desarrollamos proyectos en los que la coreografía de la producción resulte admirable, desde el punto de vista de un observador, cuya presencia exige la re-definición clásica de paisaje. Buscamos un futuro deseable, siempre desde la doble perspectiva del consumidor y el medio ambiente.

Este planteamiento es netamente contemporáneo y para entender algunos de sus mecanismos es necesario entender su evolución en la historia.

La belleza del paisaje productivo agrícola se enuncia en época romántica, un periodo en el que lo visual empieza a ser el principal método de construcción de cultura. Este cambio se desarrolla durante la Revolución Industrial, momento en el que el campo deja de ser la principal fuente de riqueza permitiendo contemplar lo agrícola en modo ocioso y no como algo útil o productivo. La obsolescencia, el pasado y la nostalgia construyen ese ideal romántico. Más adelante en este texto trataremos esta cuestión en más profundidad.

Queremos conseguir que el paisaje productivo sostenible sea hermoso; que pueda identificarse como paisaje desde un primer momento y no se rija por el principio de obsolescencia que explica que una obra humana consigue la belleza cuando deja de ser útil.

Metodología. Una investigación aplicada

Desde 2008 venimos desarrollando un catálogo de estrategias para descubrir, enfatizar o construir el valor cultural de los paisajes productivos sostenibles.
En cada uno de ellos se explora uno o varios campos de lo productivo, de entre los que enunciamos más adelante en este mismo trabajo (ver nuestro texto Paisajes Productivos, y también en nuestro artículo “Farming” en el libro: Europan 10 Results, pp. 188-191, Paris, Abril 2010, ISBN: 2-914296-18-5)

El proyecto global se materializa, pues, en las siguientes intervenciones específicas:

I. Golf Productivo
Propuesta para rescatar los paisajes deslegitimados por acciones urbanísticas interrumpidas. Cliente: Murcia Cultural. Observatorio de la Sostenibilidad de Murcia.
El atractivo del modelo de golf resort en Murcia se basa en una serie de elementos prestigiadores que enfatizan el derroche, el exceso y la abundancia; de agua, césped y ocio. Nosotros pretendemos transformar esa percepción del golf sustituyéndolos por nuevos prestigiadores basados en la producción y la generación de riqueza. Idealmente, el campo de golf produciría energía y, en lugar de gastar agua, ayudaría a producirla.
Proyectos: Monte Aledo y Mazarrón Country Club
Catálogo “Golf productivo”, pp. 58-71, Julio 2008, Murcia, ISBN: 978-84-96898-68-4

II. Aves de paso
Intervención en la zona industrial del Polígono de Santa María de Benquerencia para adecuar los accesos a Toledo desde el tren de alta velocidad AVE. Cliente: JCCLM
Por una parte, un catálogo de buenas prácticas busca asegurar la eficacia de la actividad productiva asegurando un orden y un mantenimiento, que paralelamente garantice la belleza percibida desde el tren, según se aproxima a la ciudad Patrimonio.
Por otra parte, una serie de intervenciones puntuales modifican la percepción de algunos elementos singulares (depósitos, depuradora, tuberías) para convertirlos en eventos espectaculares al paso del tren.
El proyecto se resume en un libro y en un vídeo presentado en el 9º Taller de Paisaje del Consejo de Europa.

III. Paisajes sonoros
Una estrategia educativa para mejorar la calidad del paisaje sonoro en el zócalo comercial de Madrid, con especial atención al acondicionamiento de los restaurantes. El trabajo se recoge en un vídeo. Cliente: Oficina del Centro, Ayuntamiento de Madrid.

IV. Parque Productivo OostCampus
Parque, recorrido peatonal y vía ciclista en convivencia con los terrenos de almacenamiento y gestión de material de construcción de la ciudad de Oostkamp. Cliente: Ayuntamiento de Oostkamp (Bélgica) y VLM (Agencia del Paisaje del Gobierno de Flandes). Proyecto Europeo MP4 Interreg – Making Places Profitable.
En construcción. Obra iniciada el 26-09-2011.

V. Interfaz Gran Vía
Estudio proyectivo del paisaje urbano de la Gran Vía de Madrid como interfaz entre ciudadanos, empresas, comercios e instituciones y su área metropolitana. Realizado para la exposición Laboratorio Gran Vía. Fundación Telefónica.
Ver nuestro artículo en el libro Laboratorio Gran Vía, pp. 51-72, Madrid Junio 2010, ISBN: 978-84-89884-96-0

VI. Haname-ko
Convertir una plantación de cerezos y vides en parque supra-municipal y teatro cubierto. Cliente: Junta de Extremadura. Concurso.

VII. Puerta de entrada a Barcelona.
La superposición de una granja de energía sobre las cubiertas de un polígono industrial, lo convierte en una pieza de land art a la entrada a Barcelona por la autopista. Cliente: Ciudad de Barcelona.

Conclusiones

Consideramos importante partir de un análisis de los elementos prestigiadores de un paisaje, que lo convierten en algo percibido como bello por la sociedad. Nuestro trabajo implicaría un transvase de elementos prestigiadores hacia los paisajes productivos provocando una transformación del fenómeno NIMBY (not in my back yard) en un fenómeno PIMFY (please in my front yard).

Además de valorarse por sus positivas consecuencias ecológicas, económicas y culturales, los paisajes productivos serían un instrumento de empuje para la región donde se promuevan estas intervenciones; es decir una herramienta clave para la creación de la identidad social y nacional, como señala Mitchell en Landscape and Power.